Muchas gracias a Francois Aymonier y Mayra Marin por su traducción magnifica y extremamente sensible.
El 11 de septiembre de 1973, otro 9/11, el presidente Salvador Allende, elegido democráticamente en Chile, es derrocado y asesinado por la banda de psicópatas a sueldo de Pinochet y de la CIA. El 16 de septiembre de 1973, el poeta y cantante Víctor Jara es acribillado a balas, en el estadio de Santiago de Chile, después de haber sido torturado y de haberle quebrado las manos, algunos días antes de que cumpliera 41 años.
La introducción de esta “Edición 2012” de mi libro “Semillas de Kokopelli”, la dedico a Víctor Jara, el cantante místico que avivó mi lumbre revolucionaria, y mi volcán libertario, cuando tenía 20 años.
«En tu cuerpo flor de fuego / tienes paloma / un temblor de primaveras, palomitay /un volcán corre en tus venas».
Jara fue uno de los más bellos florones de esa constelación de cantantes, Violeta Parra, Quilapayun, Inti Illimani, y tantos otros, que lucharon para liberar las tierras de América Latina del dominio, que tiene ya medio milenio, del Genocidio Occidental. Hoy en día, no nos engañemos, ese genocidio, el fruto podrido de más de dos mil años de patriarcado y monoteísmo, perdura. Los suelos de Argentina y Brazil son irremediablemente quemados por el glifosato de Monsanto, las selvas del Amazonas son derribadas por dar campo a la soya transgénica de la mafia (para alimentar el ganado de Europa y los pollos de China). En cuanto al genocidio humano, este perdura dramáticamente hasta hoy: las multinacionales del agua no titubean en masacrar a los Mapuches en el Sur de Chile para robarles sus recursos acuíferos mientras que las milicias de Syngenta expropian y matan en Uruguay. La semana pasada, en Perú, una quincena de curanderos, chamanes de lineaje ancestral, fueron asesinados por devotos de una iglesia evangélica… Teología del Aniquilamiento, ad nauseam.
No me extenderé más – ya no más – sobre el Genocidio Occidental: desde mediados de julio de 2011, tomé la decisión interior de ya no más analizar ni investigar la masacre permanente de la biosfera, maléfica puesta en práctica de la pandilla demente e inhumana que ha tomado como rehenes a todos los Pueblos del Planeta. No he vuelto a la “red”, desde entonces – y ya no volveré más – salvo para la gestión cotidiana de mis correos electrónicos y otras vicisitudes de esta vida moderna que nos obliga a pasar por las horcas caudinas de su realidad virtual. ¿Por cuánto tiempo más?
Mi última entrega del análisis del Genocidio Occidental fue mi artículo, «Fukushima/2012: contaminación de la cadena alimentaria planetaria», presentado al final de esta obra, sobre la contaminación radioactiva de toda la cadena alimenticia planetaria en el 2012, generada por Fukushima, y sobre la tercera guerra mundial radioactiva iniciada en agosto de 1945 en Japón. Hiroshima-Nagasaki/Fukushima, dos veces 33 años, volvemos al punto de partida y Japón se muere. Fukushima, es la cereza envenenada en el pastel tóxico “nuclear” Occidental, una cereza de amplitud planetaria, un evento de extinción.
Así, han sido 66 años de guerra contra el sistema inmunitario de la humanidad, y de la gente animal, guiada por los “radicales libres” (sin comentarios) y que solo podemos subyugar con el aporte permanente de elementos antioxidantes, por no decir, últimamente, elementos anti-Occidente. Los cuatro meses que pasé – desde el “tsunami” (?!!) del 11 de marzo de 2011 que destruyó Japón – sondeando el síndrome de Fukushima, y redactando las crónicas del desastre en el blog cotidiano de Kokopelli, me hicieron caer, en julio, en una crisis existencial que me convenció – como si todavía hubiera sido necesario – de la necesidad ineluctable de promover: la Fertilidad de la Tierra, la Co-Evolución con Gaia-Sofía y la guerra chamánica con el fin de neutralizar, para siempre, a los criminales dementes e inhumanos – muy pocos en realidad – quienes siembran a los cuatro vientos la ruina y la desolación en este hermoso planeta, la Tierra. Somos los Hijos de la Rebeldía y estamos en Camino.
«Hijo de la rebeldía/ lo siguen veinte más veinte / porque regala su vida/ ellos le quieren dar muerte».
En 1973, Víctor Jara fue uno de mis héroes y, cuarenta años más tarde, lo sigue estando aún, profundamente anclado en las venas anarquistas de mi corazón libertario. An/archos: sin autoridad. Y lo canto siempre, con o sin guitarra. «A desalambrar, que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel». Hoy todavía, en Chile, mujeres desconsoladas excavan con sus manos heridas las arenas del desierto de Atacama (ver “Nostalgia de la luz”) en búsqueda de los huesos de sus amados, segados en la flor de la juventud, por millares, por los monstruos sanguinarios Chilenos al sueldo del Occidente degenerado. El tiempo de esos monstruos está contado. Somos los Pueblos y estamos en Camino.
En 1973, otro de mis héroes, el bardo Jacques Bertin – que cantábamos en coro, embriagados de hachís, y con los ojos empañados de noches en blanco por juegos de Go desenfrenados – hacía un llamado al ¡Terror Fértil!
«Terror, quiero, terror quiero esparcir
Como un aporte de sangre en el organismo cansado
Guerras santas por doquier, os habían confiado armas
¿Qué habéis hecho, recordadlo, qué habéis hecho de ellas?
Decid, ¿qué habéis hecho de la palabra que es una brasa ardiente?
La tomamos con las manos, llevamos el fuego
A las tierras exhaustas; a las malas heridas
A los malos sueños, o sobre los ojos de la gente que queremos amar».
Hoy, al acercarse el 2012 y el Fin del Ciclo Maya, ¿se atrevería aún Jacques Bertin a proferir sus palabras proféticas? Sin duda que no. La banda de psicópatas se ha arrogado el monopolio del Terrorismo, y el peor, el Terrorismo de Estado; apoyado por una plétora de pseudópodos institucionalizados: policías, ejércitos, edu-castraciones, iglesias, tribunales, medios de comunicación, bancos… En cuanto a las multinacionales del complejo militar-industrial, instrumentos del Terror de Estado, estas diseminan sus ataques mortíferos en el seno mismo del tejido de la Vida: terror alimentario, terror medicinal, terror radioactivo… Pero ya no por mucho tiempo. ¡Predadores de todas mal-éticas, tiemblen! Somos las Tribus del Futuro y estamos en camino.
“Amenaza”. Ese fue el título del poema-canción de Jacques Bertin, al alba de esos años 70. ¿No fueron sus palabras anunciadoras de nuestra época de degenerescencia integral? Escuchémoslo.
«Pueblos, ah ya no creéis mucho en el amor ni en la insolencia
Si digo “pueblos”, para ver detrás vuestro, os dais vuelta.
¿Cuál es aquel que con este vocablo anticuado designo?
La revuelta os parece asunto de mániaco o de niño malcriado.»
«Mundo cautivo, o mundo sin amor, mundo frági
Gente buena que os habéis dejado absorber
Quiero esparcir el terror como una marea paciente
Queda poco tiempo para salvar el mundo y salvaros
Queda poco tiempo para la santa cólera».
Sólo queda, efectivamente, poco tiempo para la ira sagrada e invito a todos los santurrones de la tolerancia incondicional a pasar de largo pues si no:
«Será pronto et simplemente demasiado tarde
Demasiado tarde para todo, para la cólera y el grito
Demasiado tarde para la huida y demasiado tarde para la revuelta
Demasiado tarde para el último barco y para la lucha y para la vida».
No fue el Amor quien nos hundió en este infierno generado por los psicópatas y no es el Amor quien nos sacará de él. No obstante, la tolerancia, la compasión, la generosidad, el perdón y el amor incondicional, sí, mil veces sí: entre nosotros, pues esas son virtudes que fundan nuestra humanidad. En cuanto a los de-generados que se han alejado de los caminos de la humanidad y el humanismo… Pronto serán deseleccionados y retornarán al Abismo, su madre.
«Y el abismo, como un vientre atrae a los locos que van a condenarse en él».
Y clamémoslo alto y fuerte: este ensayo no es un llamado a la violencia física, ni mucho menos. Esta alternativa no nos está “legalmente” autorizada por los códigos jurídicos establecidos por la sarta de Naboleones – incapacitados de la alegría de vivir y de la potencia orgasmica – que se han desgranado al cabo de los siglos del Genocidio Occidental y que continuán haciendo estragos, pero no por mucho tiempo más. Este ensayo es simplemente “Una arenga por la Rabia, la Insumisión a las autoridades, y la neutralización de los psicópatas dementes e inhumanos”. Es todo un programa, lo reconozco, y es también el subtítulo de la cuarta obra de mi colección Liberterre: “La caza a los predadores está abierta”. Esta colección está dedicada a las obras de John Lash, cuya obra transformó mi vida luego de la lectura de su obra maestra, “Not in His Image”, que traduje con el título “La Pasión de la Tierra”. Las lectoras y lectores que se interesen en la Metahistoria de John Lash, encontrarán en la página 162 los tres primeros ensayos de su ciclo “2012, Transmutación Planetaria: ensayos sobre el fin del Kali Yuga y el fin del Ciclo Maya”. La integralidad de ese ciclo – así como prácticamente la integralidad de su obra escrita- están disponibles en mi sitio personal “Liberterre.fr.” Y es mi gran orgullo (¡un resto egóico que las comuniones de Ayahuasca no han logrado aún extirpar de mi ser profundo!) y mi alegría inconmensurable el haber tenido el privilegio de traducir, de introducir al mundo francófono y publicar en “open source virtual” así como impreso, la obra genial de ese Metahistoriador Pagano cuya misión, en Open Source Gaiana, es honrar a la Madre Tierra, Gaia-sofía, Pacha Mama. Al servicio de la Vida.
Si hay un postulado pagano que John Lash, el Terton de Maine, ha puesto en relieve, es ciertamente el siguiente: ¡los caminos de la Madre Tierra están lejos de ser impenetrables! Sus caminos son claros como el agua de manantial: Gaia vela por el Equilibrio de la Vida así como lo proclama Neytiri, en esa oda al Paganismo, es esa sublime alegoría que constituye la obra maestra cinematográfica de Cameron, “Avatar”. Gaia vela y se revela y Kali-Ma está en Camino.
Y si el destino de los clanes sigue siendo el de ser clandestinos, esto no deberá perdurar mucho tiempo. Los Tiempos cambian. Los clanes y las tribus emergen, los clanes de Xolotl y las tropas de Kali-Ma, las tribus de la Mujer Bisonte Blanco… Somos aquellos mismos que esperábamos, aquellos mismos que anhelábamos. Invitamos – y somos – la chispa de Vida a través de los procesos de extinción. Pues la neutralización de los psicópatas – puesta en marcha con elegancia y en homenaje a la Belleza de Gaia – no debe hacernos olvidar el objetivo primordial de nuestra búsqueda: la promoción de la Fertilidad de la Tierra, en la coevolución con el Ser Planetario.
«Necesitamos portavoces con orugas de acero en la cabeza
Para guiar en los valles a este pueblo azorado de jóvenes …
Han incendiado el viejo mundo corrupto con un arbusto ardiente
Palabras, para dar golpes, porque ya es hora, Palabras
La verdad, la verdad, como si la vida dependiera de ello
Palabras, para abrir un territorio con heridas fértiles
O Palabras; antes de que la estación avance».
¡La Verdad como si la Vida dependiera de ello! Y la verdad está a punto de revelarse. Porque la culminación de las obras maléficas de la banda de los predadores intra-specificos (aquellos que se “alimentan” de miembros de su propia especie) será támbien la revelación de su naturaleza autentica. Y el telón se cerrará…
Hacemos un llamado a la fogosidad y entusiasmo de los Jóvenes Gaianas y Gaianos – aquellos que responderán y responden ya, al Llamado del Futuro – para fomentar una Gaiaspora de Kokopelli, para diseminar Semillas de Fertilidad en las cunas de las tierras aún regocijantes. En cuanto a las tierras devastadas por el Genocidio Occidental, nosotros las regeneraremos: ¡haz el humus y no la guerra! Fertilidad del Suelo. Y todos los grandes iniciados de la agroecología, Albert Howard, Rudolf Steiner, Fukuoka, John Jeavons, Philip Callahan, etc, lo han comprendido muy bien desde hace mucho tiempo: nuestra misión no es cultivar plantas sino más bien, hacer crecer la tierra. La Regeneración, ¡como si la Vida dependiera de ello! Sigamos el ejemplo de nuestra Madre la Tierra: treinta años después de la erupción del Monte Santa Helena, la Naturaleza ha “retomado sus derechos”. Sin duda no las ha perdido jamás – pero esa es otra historia.
Kokopelli capta con sus antenas telúricas el canto de la Madre Tierra, el canto de la Vida, e impulsa con su flauta mágica las semillas que siembra a merced de los grandes vientos planetarios en una atmósfera viviente y llena de impulsiones orgiásticas: semillas de plantas y de árboles, pero también semillas de herejía, semillas de rabia sagrada, semillas de revuelta, semillas de generosidad, semillas de disidencia, semillas de Reverencia por la Belleza de Gaia… ¡Y pueda Kokopelli, con su misma flauta mágica, “encantar” a los depredadores intra-specificos y hundirlos en lo más recóndito del abismo de inmoralidad del cual no debieron haber salido nunca! Hay residuos monstruosos que no sabríamos compostar.
A la espera de que Gaia ponga en marcha las transformaciones epigenéticas que permitan a los hijos del futuro sobrevivir en un mundo radioactivo, confiemos en las arcillas y zeolitas bienhechoras el cuidado de regenerar nuestros cuerpos físicos y el cuerpo húmico de la Tierra. Esperando que Gaia, al igual que Eiwa en Avatar, envíe “sus animales de poder” a neutralizar los psicópatas dementes e inhumanos, confiemos a la luz de las plantas instructoras, medicinales y sagradas, el cuidado de guiarnos por caminos exentos de psicopatía. De ello depende la sobrevivencia de la especie humana.
Par celebrar nuestros veinte años de lucha contra la mafia semillera y agroquímica y para celebrar nuestros veinte años de promoción de la biodiversidad alimentaria y de la fertilidad de la tierra, tenemos el placer de organizar, en agosto de 2012, un Festival Kokopelli/Pacha-Mama, en el Valle Sagrado de los Incas, muy cerca de Ollantaytambo, punto de partida hacia el mítico Machu Pichu, en las terrazas en las cuales los Incas cultivaban sus plantas medicinales. Los agrónomos Incas estuvieron entre los más fértiles y los más innovadores de la historia humana reciente. Les renderemos homenaje.
En Perú, territorio donde la cultura ancestral Andina sobrevive a pesar de los ataques permanentes del Genocidio Occidental, la Ayahuasca, el cactus San Pedro y la Madre Coca son parte integrante del patrimonio nacional y son “protegidos por la Ley Peruana”. En Francia, todas estas plantas sagradas son prohibidas por los mafiosos para la protección de los grupos de presión de la heroína, de la cocaína y de todas las otras drogas duras que destruyen inexorablemente nuestra juventud. Pero la Rabia crece.
Este otoño, en Perú, la Madre Yagé nos iluminó el camino y percibí, por primera vez en mi vida, la Luz Orgánica. ¡Qué puedan la Pacha Mama, los Apus del Valle Sagrado de los Incas y las plantas instructoras y sagradas bañarnos con su luz de oro y seamos instrumentos de sus fuerzas telúricas majestuosas en la organización de esta celebración del Gozo y de la Fertilidad. ¡Somos los Pueblos de las Semillas! ¡Shista! ¡Wiracocha!
Dominique Guillet
24 noviembre 2011