Tomate

Polinización

Tomate yellow Delicias de oro

Para los jardineros que deseen recolectar sus propias semillas de tomates, quedan por determinar los riesgos de polinización cruzada, o riesgos de hibridación natural, entre las diferentes variedades de tomates que crecen una al lado de la otra en los jardines.

El estigma del tomate se vuelve receptivo un día antes de que se abra la flor. El polen empieza a esparcirse un poco más tarde, pero no obstante, igualmente, antes de que se abra la flor. El estigma permanece receptivo y el polen continúa esparciéndose mientras la flor esté abierta, es decir de un día a una semana en función de las condiciones que prevalezcan.

El nivel de polinizaciones cruzadas en los tomates es determinado por un cierto número de parámetros.

Las características propias de la variedad tales como la longitud del estilo.

Las flores de tomate son perfectas y autofecundas. El modo de reproducción de los tomates es pues una autogamia preferencial.

En las variedades modernas, el pistilo no emerge nunca al exterior del cono de estambres fusionados juntos. Las anteras están situadas en la superficie interior del cono de estambres y el polen se esparce en el interior. Como las flores están giradas hacia la tierra, el polen cae sobre el estigma, generando una autofecundación.

Por el contrario, numerosas variedades antiguas, así como las variedades que heredaron los genes de Lycopersicon pimpinellifolium o de otras especies salvajes de Lycopersicon, tienen un pistilo que emerge del cono de estambres y que es por consiguiente expuesto a los polinizadores. Estas variedades tienen por lo tanto muchas más probabilidades de ser cruzadas.

Condiciones del entorno que modifican la longitud del estilo.

El Profesor Messiaen, en su excelente obra: » El Huerto Tropical» señala que podemos observar en los tomates, en condiciones tropicales, una tendencia al alargamiento del estilo. Parece ser que ese alargamiento del estilo es provocado por la intensidad solar, la duración de los días y la proporción carbono-nitrógeno.

Tomate cereza Red robin

La presencia de insectos polinizadores.

La mayor parte del tiempo, las flores de tomate no atraen a los polinizadores y si hay otras fuentes de polen accesibles todavía menos. Sin embargo, en la propia Francia los jardineros nos señalaron que ciertas variedades de tomate eran visitadas por insectos, abejas o grandes abejorros negros.

En ciertas regiones, particularmente en los trópicos, algunos insectos son atraídos por las flores de tomate que ellos van por consiguiente a polinizar regularmente. Estos insectos pueden ser himenópteros tales como Exomalopsis billotii en las Antillas. En América del norte, las abejas solitarias y los abejorros son el vector de la polinización cruzada, más particularmente, en la zona Atlántica y en California.

Además, parece ser cierto que, en ciertos entornos, los áfidos y aleurodes constituyen los polinizadores más eficaces. Es lo que nos ha afirmado últimamente, en una entrevista, Pierre Bourgois, de la isla de Oléron, quien colecciona y regenera cientos de variedades de tomate desde hace decenas de años.

Tomate Blue dawg

Los movimientos del viento.

Los movimientos de aire alrededor de la flor pueden intensificar el nivel de autofecundación. Sin embargo parece que éstos ejercen muy poca influencia en el ámbito de las polinizaciones cruzadas.

Hallazgos

En zonas poco sensibles, es decir, la mayor parte de las zonas templadas, podemos tener entre el 2 y el 5% de hibridaciones naturales.

Por el contrario, en las zonas sensibles, como por ejemplo las regiones tropicales, este porcentaje es considerablemente más alto. En función de los diversos parámetros previamente evocados, éste varía entre el 12% y el 47%.

Es indispensable observar la configuración floral de cada variedad así como la actividad de los insectos en el entorno. Cuando la variedad se caracteriza por un estigma retirado y cuando no hay insectos para trabajar las flores, no es necesario establecer distancias de aislamiento.

Por otro lado, es sabio aislar las variedades cuyo estigma es prominente y tanto más si existen insectos en el entorno que puedan efectuar polinizaciones cruzadas. La distancia mínima de aislamiento aconsejada es entonces 30 metros y puede llegar hasta 200 metros. Uno puede en este caso disminuir las distancias de aislamiento, plantando entre las variedades, especies vegetales inundadas de néctar y de polen.

Cuando uno desea cultivar un cierto número de variedades para la producción de semillas, la solución más simple parece ser, en este caso, aislar cada variedad bajo una tela mosquitera o cualquier otro tul de malla fina. Si no la protegemos con el tul, entonces la distancia de aislamiento aconsejada es de 500 metros a un kilómetro en función de los insectos polinizadores.

Los jardineros o jardineras muy meticulosos pueden igualmente practicar una polinización controlada ligando las flores, antes de que éstas se abran, a fin de forzar la auto-fecundación.


Producción de semillas

Cada semilla de tomate está encerrada en una pequeña envoltura gelatinosa conteniendo substancias químicas que obligan a la semilla a permanecer en estado adormecido. Sin esta envoltura gelatinosa, las semillas germinarían fácilmente en el medio caliente y líquido que constituye el interior del fruto. (Por otra parte es interesante examinar hasta qué punto un tomate maduro y muy jugoso puede almacenar calor durante los días más calurosos del verano).

En la naturaleza, los frutos caen de la planta, se pudren y el proceso de fermentación destruye esta envoltura gelatinosa.

El jardinero que desee preparar sus propias semillas de tomate debe reproducir este proceso de fermentación artificialmente. La metodología es de las más sencillas. Se cortan los tomates en dos partes y se extraen de éstos las semillas y el jugo que se vierten en un recipiente. Se puede añadir un poco de agua ya que ello parece favorecer, en determinadas condiciones, el proceso de fermentación.

Este líquido se deja durante varios días hasta que se forme en la superficie una capa de mohos. Esta fermentación tiene como agente principal a Oospora lactis y ésta permite eliminar las enfermedades bacterianas.

El tiempo de fermentación varía según la temperatura ambiente. Es necesario, no obstante, ejercer la mayor vigilancia, durante los días más calurosos del verano, porque el proceso de fermentación puede efectuarse en menos de 48 horas. En este caso, si uno espera demasiado, se arriesga a perder las semillas que, liberadas de su protección gelatinosa, empiezan a germinar alegremente en un medio totalmente favorable, es decir líquido y muy caliente.

Por consiguiente, cuando el proceso de fermentación está completado, se lleva a cabo la limpieza de las semillas pasándolas por un colador de malla fina y removiéndolas enérgicamente bajo una corriente de agua.

Los remanentes y las semillas inmaduras descompuestas se van con el agua, y sólo quedan las semillas buenas. Es necesario colocarlas después sobre un pequeño tamiz (confeccionado por ejemplo con tela de mosquitera de plástico flexible) a fin de secarlas: es suficiente entonces un lugar seco y ventilado.

No aconsejamos en absoluto hacerlas secar sobre papel (es imposible entonces despegarlas), ni horno (incluso a baja temperatura) ni en pleno sol. El elemento importante de un secado correcto (para todas las clases de semillas ) no es el calor sino la ventilación.

Durante un periodo caliente y húmedo, se aconseja vivamente utilizar un ventilador. En el momento del proceso de secado, se aconseja igualmente separar, delicadamente con los dedos, las semillas que se aglomeraron en montones pequeños.

Las semillas secas deben guardarse entonces, de preferencia, en recipientes de vidrio o en saquitos de papel, al resguardo de la humedad.

Las semillas de tomate tienen una duración germinativa media de 4 años. Ellas pueden, sin embargo, conservar una facultad germinativa hasta de 10 años y más.


Creación varietal

Existen tres maneras naturales de crear las propias variedades de tomate. A continuación damos algunos consejos que nos permitirán » jugar» en nuestro propio jardín. Hemos presentado estos conceptos de manera sencilla. Podemos ser mucho más complicados y » científicos «, en particular en lo que concierne al número de plantas que hay que plantar a cada generación si queremos que el proceso de creación varietal o el deshibridación esté totalmente bajo control.

Tomate Red zebra

Los aficionados iluminados encontrarán abundante información en la obra magnífica de Carol Deppe » “Breed your Own Vegetable Varieties » publicado en EE.UU. por Little Brown. Carol Deppe es una genetista, Doctora en Biología (Universidad de Harvard) así como un ardiente militante para la biodiversidad y el derecho de los jardineros a jugar en su propio jardín.

La lectura del inglés y un doctorado en biología no son, sin embargo, en absoluto indispensables para empezar a jugar en el propio jardín a crear variedades de familia. Se requiere un poco de delicadeza, mucho sentido común y confiar en la suerte (que algunos llaman los ángeles, las hadas, las estrellas, los duendecillos, las influencias cósmicas, etc.).

Polinización cruzada de dos variedades seleccionadas

Cuanto más dispares sean las dos variedades seleccionadas (en cuanto a la forma, el color, follaje…) más interesante será la descendencia. Se escoge una variedad para ser el receptáculo (progenitor hembra) del polen de la otra variedad (progenitor macho). Se puede realizar una polinización cruzada, entre esas dos variedades seleccionadas, de dos maneras.

El primer método que nosotros presentamos es considerado como el método “clásico». La polinización se logra cuando la flor del progenitor hembra está todavía en su fase de capullo floral.

Cuando el capullo floral ha alcanzado su tamaño óptimo, los sépalos, empiezan a abrirse y el color de los pétalos pasa del amarillo claro al amarillo dorado. Sin embargo, no se han abierto los pétalos. Si ya se han abierto es demasiado tarde para intervenir porque las anteras han empezado ya a liberar su polen.

La emasculación del capullo floral del progenitor hembra se logra como sigue: En la última fase del capullo floral, la corola de pétalos, amarillos está enrollada alrededor de la orilla de los estambres (que es también amarilla) y éstas dos partes se atan juntas por su base. Es pues un doble cono que rodea el pistilo y que hay que quitar dejando el pistilo al desnudo, rodeado en su base por una corona de sépalos verdes.

Quitamos ese cono deslizando un lado de las pinzas de depilar, muy finas, entre el cono de estambres y el pistilo, y la otra parte de las pinzas entre el cáliz (los sépalos verdes) y la corola (los pétalos amarillos). Puede que sea necesario quitar en primer lugar un pétalo y un estambre antes de retirar el doble-cono. La operación es minuciosa ya que hay que tener cuidado de no dañar el pistilo.

El polen del progenitor macho es entonces depositado delicadamente sobre el estigma del progenitor hembra. Para ello podemos utilizar los estambres directamente o transferir el polen con la ayuda de una aguja u otro pequeño objeto. Las flores que acaban de abrirse constituyen la fuente de polen más fácil y la más segura. El polen de tomate (así como el polen de muchos miembros de la familia de las Solanáceas) permanece viable durante varias semanas cuando se conserva a temperatura ambiente.

Las flores castradas no necesitan ser cubiertas a fin de evitar una contaminación genética, en la medida en que no haya más polen o partes florales de vívidos colores para atraer a los insectos.

Las polinizaciones serán facilitadas por un tiempo fresco sin viento. En un tiempo caluroso y seco o de mucho viento, puede ser necesario proteger la flor polinizada, con una pequeña bolsa, para que no se deseque.

Es aconsejable quitar los pequeños frutos formados y las otras flores cercanas a la flor polinizada para limitar la competición.

Es necesario igualmente tener cuidado para no olvidarse de poner una etiqueta, mencionando el nombre de los dos progenitores, alrededor del pedúnculo de la flor polinizada.

Cuando la operación tiene éxito, el tomate se desarrolla y la extracción de las semillas puede realizarse cuando el fruto está maduro. Estas semillas pueden ser calificadas como F1.

El segundo método que presentamos podría ser calificado como de “romántico» en comparación con el primero. En efecto: éste implica que las anteras del progenitor hembra no sean quitadas. El polen del progenitor macho es entonces transferido al estigma del progenitor hembra dejando a éste último la posibilidad de autofecundarse con su propio polen.

Las plantas F1 (de primera generación) procedentes del primer método de cruce van a ser por consiguiente normalmente idénticas por el hecho de que sólo ha sido implicada una clase de polen en la polinización. Por lo tanto no hay que efectuar una selección en el jardín en este segundo año del proceso de creación varietal.

Por lo tanto, las plantas F1 (de la primera generación) obtenidas por medio del segundo método de cruce normalmente no serán idénticas por el hecho de que en la polinización han intervenido dos fuentes de polen. Este método genera pues mucha más diversidad pero por el contrario menos posibilidad de control. Por consiguiente hay que hacer una selección en el jardín, en este segundo año del proceso de creación varietal, en función de los parámetros que hayamos establecido.

Las semillas recolectadas pueden ser calificadas como F2 y van a ser sembradas durante el tercer año del proceso de creación varietal. Es aconsejable producir el mayor número posible de plantas. Las plantas F2 que van a producirse en ese tercer año manifestarán una gran diversidad de características ya que los genes de los padres se expresan de otra manera muy diferente. En este tercer año es cuando hay que comenzar a elegir sólo una planta o algunas plantas que manifiesten las cualidades deseadas y que están destinadas a ser genéticamente purificadas. Las semillas extraídas serán entonces calificadas como F3.

Estas semillas F3 van a generar plantas F3 durante el cuarto año del proceso de creación varietal. Sólo las plantas F3 que sean idénticas a las plantas F2 seleccionadas el año anterior van a ser escogidas para la extracción de las semillas.

Este proceso se repite año tras año hasta que cada semilla sembrada genere una planta conforme al tipo seleccionado entre las F2. El proceso puede tomar de tres a diez años, en función de las características genéticas seleccionadas. El resultado obtenido es calificado de» variedad » fijada” * o variedad que se reproduce conforme al tipo.

Deshibridación de un híbrido natural

Tomate naranja Caro rich

Sucede a veces que las semillas de una variedad bien determinada dan plantas completamente diferentes. Así, una semilla extraída de una variedad de tomates con frutos enormes y rosados (de tipo » chair de boeuf «) (carne de buey) y hoja como la de patata, va a generar al año siguiente una variedad de tomate rojo redondo y con hojas normales. Hubo un cruce natural realizado por insectos y la semilla salvaguardada era en efecto una semilla F1 **. El tomate rojo redondo es en este caso la planta F1. Las semillas extraídas de este fruto son semillas F2.

Sembradas al año siguiente, éstas van a generar plantas F2, a partir de las cuales el proceso de selección va a poder realizarse del mismo modo que hemos explicado anteriormente.

* El concepto de» fijeza» nos parece tan carente de fundamento como los delirios de la agricultura moderna.

** También eso podría ser simplemente una mutación, una recesión…¡La Vida es exhuberancia!

Deshibridación de un híbrido comercial

Toda variedad híbrida comercial puede ser deshibridada de la misma manera. El híbrido comercial F1 es cultivado y de él se extraen semillas F2, Éstas serán sembradas al año siguiente y producirán una gran diversidad de plantas F2, a partir de las cuales el proceso de selección va a poder realizarse de la misma manera que hemos explicado anteriormente.