Publicado el 6 de junio de 2018 en el sitio francés y compartido en el sitio español para informarle que pronto terminaremos nuestras pruebas para permitirle acceso a esta planta tan importante!
Artemis se llamó también, alguna vez, Artemisia Eileithyia. En la antigua cosmogonía griega, Eileithyia es la diosa del nacimiento. Su nombre estaría derivado del verbo “eleutho” (ἐλεύθω), “conferir” –siendo la diosa así “aquella que confiere” – y el nombre que ella tiene en Messenia y en Laconia, a saber “Elysia”, sugiere, además, una conexión directa a Eleusis, el centro de los Misterios Griegos donde los iniciados compartían la bebida enteogénica, el “Kikeon” –un brebaje preparado principalmente a base de espolones Claviceps. Según Pline, las dos diosas, Artemisia y Eileithyia, se fusionaron en cierta época.
Según algunos autores, Artemis es la diosa con mayor popularidad en Grecia. En una de sus formas originales, ella es la diosa de la agricultura en Arcadia, donde también es la diosa de la vida salvaje y de la caza. Su hermano gemelo es Apolo. Artemis es virgen y no está comprometida con ningún hombre: su misión es proteger las mujeres y la vida salvaje.
Las mujeres y la vida salvaje: esta evocación no puede sino recordarse a través de una muy vieja leyenda –cuyo asunto data de algunas centenas de millones de años– que afirma que es de la matriz de las primeras mujeres-hadas que emergió la totalidad de la biosfera viviente. [3] Como escribía el poeta peruano, Cesar Calvo, en The Three Halves of Ino Moxo, «el primer hombre no era un hombre, era una mujer ».
Artemisa es la diosa de los paganos y la Madre de las brujas. Artemisa es la mujer salvaje que corre con los lobos, ella es la diosa de la luna, ella es la madre de todas las criaturas, ella es la cazadora, ella es la comadrona, ella es la que sana a través de las plantas. Podría parecer una incoherencia que ella sea la diosa tanto de la vida como de la muerte. Pero Artemisa es una diosa/chamán: es ella quien confiere a Quirón, el Centauro -un reconocido terapeuta y maestro- el botiquín que contiene especies medicinales y mágicas de la planta artemisia. Y todo chamán que sabe cómo sanar, sabe cómo matar.
Al final de la civilización -y en este momento de emergencia ecológica y espiritual-, ¿no es una necesidad de supervivencia invocar el arquetipo y los poderes de Artemisa, la diosa/Chamán que da la vida, sino también los poderes de Artemisa, la bruja que dispara su flecha? ¿A qué fuerzas psicópatas apunta la flecha para la protección de animales, niños y mujeres, principalmente para la protección de las Tribus del Futuro? ¡Artemisa es la diosa de la caza porque es la diosa de la vida! Es evidente que este período de demencia terminal es vital para revertir urgentemente los roles: finalizar el ciclo de pactos víctima-agresor al terminar, simplemente, con la capacidad de los perpetradores/depredadores psicópatas para acabar con toda la especie humana y toda la Biosfera -que se han convertido en su territorio de caza favorito. La caza de los depredadores de la Farmacracia está abierta. Artemisa nos invita, a través del don de plantas medicinales de la artemisia, a volver a la Naturaleza Salvaje para la cura, en nosotros, diariamente y nos invita, a través del don de sus flechas, a oponernos abiertamente a todas las multinacionales de la Farmacia (y a todos sus sirvientes de Estados corruptos) que destruyen inexorablemente en nosotros y, alrededor de nosotros, esta Naturaleza Salvaje. Siendo la frase «en nosotros, y alrededor de nosotros» sólo una forma de hablar estéril del viejo mundo y su pensamiento occidental lineal. No existen las fronteras.
Las Artemisas, o Artemisias, en Europa, eran plantas de parteras y terapeutas que acompañaban los nacimientos ya que las usaban para los alumbramientos o para contrarrestar nacimientos debido a que algunas especies eran abortivas. Ellas constituyeron tanto «la planta de las madres» como «la planta-madre», es decir, con propiedades que cubren un amplio espectro de la vida humana: tanto antiparasitarias, abortivas, antipiréticas como narcóticas o enteogénicas. El género Artemisa -de la familia Asteraceae- comprende más de 500 especies repartidas por todo el planeta. Durante milenios, al menos, un cierto número de estas especies fueron utilizados para aliviar fiebres, de todo tipo, transmitidas por muchos vectores: mosquitos, virus y otros organismos protozoarios descritos como «parásitos».
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Gracias a Bruno Frerard y Kaybeliz Lopez para la traducción